Patología 1884

AL EXCMO. SEÑOR

DOCTOR D. EUGENIO ALAU y COMAS

Antiguo catedrático de Clínica médica de la Universidad de Valladolid, Senador del Reino, Consejero de Instrucción pública, etc, etc.

GRATITUD ETERNA

EL AUTOR

PRÓLOGO

Después de unas oposiciones, que no interesaron poco la opinión médica en Madrid, y en que tuve el honor de contender con seis maestros en la ciencia patológica (me complazco en reconocerlo) me encuentro casi al mismo tiempo, con el nombramiento de Catedrático y con una disposición legal que previene a los numerarios de nuestra enseñanza oficial, la presentación de sus programas en la Dirección general de Instrucción pública, para elegir entre ellos el mejor que ha de servir de texto en los exámenes de los alumnos procedentes de enseñanza privada.

Nada mejor he podido hacer que remitir el mismo que ha contribuido a darme el puesto que ocupo y que defendí en la referida contienda científica. Pero terminada la copia de la parte expositiva del programa propiamente dicho, le he visto diferir tanto del plan y método aceptado por todos los autores contemporáneos; le he visto tan desnudo sin el razonamiento en que apoyé mi primer trabajo que decidí anteponer este razonamiento al enunciado de sus lecciones, traduciendo así el concepto que tengo de la asignatura que voy a explicar.

Su publicación obedece a otros móviles. No contiene completa la reforma que al presente, se inicia en las ideas patológicas; pero deja ver claramente esa tendencia, y deseo verla juzgada por el público médico, cuyo fallo inapelable es por mí desde luego respetado. En él busco apoyo para mayores empresas, por más que su juicio desfavorable, sin demostración no haría mella grande ni chica en mis arraigadas convicciones. Un tercio de siglo de localización y anatomismo han elevado a la Anatomía normal y patológica, sobre todo en la Histología, a una altura verdaderamente grande; pero doloroso es decirlo, si tal vez el porvenir de las Ciencias médicas está en la Histología y la Histoquimia, ni la Clínica, ni la Terapéutica las deben hoy grandes adelantos y acaso pueden acusarlas de que le sustraen gran número de inteligencias.

De todos modos, los clínicos empiezan a comprender la inutilidad o poco menos, de considerar los trastornos estáticos, contra los que son impotentes, y buscan con afán los determinismos de esos trastornos, para dominarlos, en la fisiología patológica o en la patología propiamente dicha, ateniéndose exclusivamente al fecundísimo terreno de la observación clínica y de la experimentación. La diversidad de organizaciones, ya se las considere en el estado hígido (sano), ya en el estado pático; las variaciones que imprimen en esos estados los cambios cósmicos accidentales, o las condiciones cósmicas habituales; los empobrecimientos vitales a que conducen una moralidad, una higiene y una conducta social disconformes con las necesidades de la perfecta evolución de la vida; los agentes infectantes extra e intraorgánicos etc, etc., son asuntos que el anatomismo relegaba a un lugar muy secundario en sus estudios y que vuelven hoy a ocupar el lugar que merecen en la Patología. En una palabra, la Patología se emancipa del despotismo de las ciencias auxiliares, sin perjuicio de utilizar su valioso concurso, cuando y como crea necesario.

La unidad del ser, vuelve a la supremacía que en mal hora le arrebataron ideas exclusivas y exageradas de localización, dejando a esta la importancia que en justicia le corresponde y, en fin , la Ciencia patológica entra en el verdadero camino de su constitución. Por mi parle, procuro allegar mi primer grano de arena y mi débil impulso para que la realice en un plazo brevísimo. Estas son mis sanas intenciones.

Dr. Abdón Sánchez Herrero

Enero de 1884

https://www.sanchez-herrero.es/libros/Concepto-patologia-Completo.pdf